¡No podré! ¡Para qué lo voy a intentar si no sabré hacerlo! ¿De dónde saco yo que sirvo para esto? ¡Esto es demasiado bueno para mi! ¡Soy inútil! ¡Soy una rata! ¡No valgo nada!
¿Alguna de estas frases te resuena? ¿verdad que son demoledoras? Y aún así, te las dices a ti misma, a ti mismo.
¿De dónde salen esas frases aplastantes, demoledoras, descalificadoras que te dices con frecuencia, y que lo que hacen es bajar tu ánimo y nutrir tus procesos de ansiedad?
Es útil conocer de dónde salen, para poder deconstruirlas; y especialmente elaborar nuevas frases que te nutran a ti, en vez de nutrir a la ansiedad.
Te invito a leer el presente artículo, que trata los siguientes temas:
1.- ¿Cómo hemos construido esas frases que nos repetimos en bucle y nos dejan en el subsuelo anímicamente?
2.- ¿Qué podemos hacer al respecto?
3.- Importancia del proceso de individuación
4.- La actualización de valores y creencias es indispensable para gestionar la ansiedad
Continúa leyendo para aprender a substituir esas frases que te inutilizan por frases que te estimulen y que te saquen una sonrisa de entusiasmo.
1.- ¿Cómo hemos construido esas frases que nos repetimos en bucle y nos dejan en el subsuelo anímicamente?
Esas frases que te repites en automático y que además te las crees, se denominan creencias. Las creencias son, en principio, una generalización.
Es decir, a partir de una situación y de una frase dicha puntualmente, asumes que siempre será así, o que es una realidad absoluta. Esta generalización es lo que convierte a esa frase y su significado en una creencia.
La generalización es una función del cerebro humano, y es útil para entender y simplificar el mundo; y por lo mismo que simplifica el mundo, en muchas oportunidades no es aplicable.
Nuestras creencias de base, esas de las que no solemos dudar, suelen arraigarse cuando somos pequeños. Niñas y niños que nos hemos creído lo que en algún momento dado ha dicho alguna persona de referencia, como padre, madre o alguna otra persona con quien tenemos una vinculación profunda, o que representa la autoridad.
Suelen ser situaciones impactantes a nivel emocional y que por tanto han dejado huella. En principio, cuando somos niñas/niños, creemos completamente lo que nos dicen nuestras figuras referentes, porque hay una dependencia orgánica-emocional y existe un vínculo vital con dichas personas.
Además, nuestro cerebro aún no ha desarrollado la capacidad de discriminar y cuestionar lo que escuchamos; simplemente tomamos como cierto lo que dicen esas personas que nos son importantes.
En nuestros primeros años, estamos conociendo, reconociendo el mundo. Queremos saber qué lugar ocupamos en ese mundo y queremos especialmente confirmar que somos importantes para nuestras figuras de referencia.
Sobre todo, porque necesitamos su atención, mirada y reconocimiento. Y para obtener esa atención, mirada y reconocimiento, nos plegamos a lo que expresen sobre nosotros, nos lo creemos y lo confirmamos con nuestra propia conducta.
Por estas razones crecemos creyéndonos las valorizaciones, desvalorizaciones o juicios que pudieron en algún momento expresar sobre nosotros esas figuras vinculares referentes.
El tema es que, si no nos hacemos preguntas al respecto, y si no contextualizamos la situación en que esas frases evaluadoras fueron expresadas, podemos seguir el resto de la vida siendo fieles a esas creencias. Actuando, y repitiéndonos frases que escuchamos hace muchísimo tiempo, que probablemente hoy no tengan sentido, y eventualmente haciéndonos daño.
2.- ¿Qué podemos hacer al respecto?
Actualizar nuestras creencias
Para actualizar nuestras creencias es importante, desde tu mirada adulta, acotar lo sucedido, y ésta es también una función del cerebro humano que podemos utilizar a nuestro favor. Para actualizar nuestras creencias es vital especificar y contextualizar la situación o las situaciones en las que has escuchado esas frases devastadoras.
¿Quién expresó esas frases desvalorizadoras o enjuiciadoras, y en qué circunstancias? ¿Esa persona estaba bien en ese momento, o estaba nerviosa, frustrada, apurada, triste, malhumorada, ansiosa, enfadada, dolida?
Tómate unos minutos para reflexionar sobre lo anterior.
¿Qué personalidad dirías, desde tu mirada adulta, que tiene la persona que ha expresado esas frases? ¿Es o era una persona amable, amorosa, crítica, quejosa, tendía o tiende a la depresión, a la alegría, al enfado, al conflicto?
Desde tu mirada adulta ¿Esas frases expresadas tienen sentido para ti hoy? ¿Tuvieron sentido en su momento?
Tómate unos minutos para reflexionar sobre lo anterior.
…y una última pregunta que te toca hacerte:
¿Qué experiencias vitales has tenido que desmienten esa frase? ¿Qué circunstancias o logros has alcanzado que desmienten esa creencia limitante?
Antes de continuar, tómate nuevamente unos minutos para ello, haz un listado de al menos cinco cosas sobre las que sientas orgullo y/o satisfacción por haberlas hecho…
…es desde las experiencias vitales que te dan satisfacción y que probablemente contradicen esas creencias limitantes, que has de construir tu nueva frase, creíble para ti, que te valida, te nutre y que te estimula a seguir adelante; ¡¡¡¡¡¡a por ello!!!!!!!!!
Tómate nuevamente unos minutos, para escribir esa nueva frase.
¿Tienes tu nueva frase? Coméntame cómo ha ido… puedes hacerlo en el formulario al pie de página.
Si tienes dificultades para encontrar tu nueva frase, ponte también en contacto, que de seguro la encontraremos, y desde allí construirás una nueva creencia que te impulse y estimule como persona.
3.- Importancia del proceso de individuación
El ejercicio de actualización de creencias que te he propuesto arriba, te ayuda en tu proceso de individuación como persona.
El proceso de individuación inicia muy pronto en la infancia, al comenzar a decir las primeras palabras, y sobre todo al tener la experiencia de expresar los NO. Se refuerza cuando comenzamos a caminar y ya podemos desplazarnos autónoma e independientemente de una persona adulta.
Este proceso de individuación se torna crítico en la adolescencia, y continúa en la adultez. Nos permite que podamos agradecer la vida, la cual es posible como sabemos, gracias a la existencia de madre, padre, abuelos y más atrás aún a las y los ancestros. Demás está decir que nuestras personas de referencia, por lo general, hicieron lo mejor que supieron y que pudieron en las circunstancias referidas.
El proceso de individuación nos invita a hacernos responsables de la vida que vivimos, lo que significa entre otras cosas, mantener actualizados nuestros valores y creencias.
4.- La actualización de valores y creencias es indispensable para gestionar la ansiedad
El tema de la actualización de valores y creencias es una puerta de entrada para llegar a la base del conflicto o la situación difícil que has vivido y que aún te determina. Y es fundamental tanto en el Método de Acompañamiento Individual a personas que sienten ansiedad y que quieren aprender a regularla, como en los Talleres que facilito.
Para que puedas contar contigo en el día a día es super relevante revisar y reelaborar tus bases y lo que para ti tiene sentido, porque la vida que quieres vivir, y con plenitud, es la tuya, la de nadie más.
Si quieres estar al tanto de las charlas gratuitas y talleres que facilito te invito a suscribirte a mi newsletter.
Maravilloso texto! Muchas pistas para salir del bucle!
Genial que te sirva Sofía ! un abrazo
Así es! La autoflagelación nos comprime, nos aplasta, nos roba la autoestima! No confundamos las emociones negativas con nuestra propia identidad. Aprendamos que nosotr@s no somos ni nuestras experiencias ni nuestras emociones. Comencemos por tratarnos con amor y respetuosamente y practiquemos la compasión hacia nosotr@s mismos. Gracias Nieves!
Gracias Inma por tu comentario. Si, nuestro bienestar depende mucho de cómo nos tratemos y qué mensajes nos enviemos. Las emociones, es necesario transitarlas, especialmente porque en ellas hay mucha información valiosa sobre nosotras mismas, sobre nosotros mismos, que procesar.
Cada persona está en tránsito, en evolución, en transformación constante; las experiencias, las emociones son parte de nuestro transitar en esa transformación constante.
Un texto pleno de esperanzas y alentador a continuar!!
Gracias Gianna !
Si, estamos plenos de recursos internos; el tema es lograr identificarlos, y utilizarlos a nuestro favor, no en nuestra contra.